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Del contrato laboral se derivan una serie de obligaciones para el empleado que este tiene que cumplir en tiempo y forma. Cuando no sucede así, podemos estar ante faltas graves en el trabajo de importantes consecuencias para quien las comete.
Qué se considera una falta grave en el trabajo
Infracciones laborales muy graves son aquellas que suponen un incumplimiento injustificado de las obligaciones laborales o el desarrollo de comportamientos inapropiados, que estén tipificados en el Estatuto de los Trabajadores o en el convenio colectivo de aplicación como de especial gravedad.
Se entiende que las faltas graves tienen un impacto relevante en el entorno laboral y pueden llegar a comprometer la seguridad o la productividad, e incluso el clima laboral.
Un ejemplo de falta muy grave en el trabajo puede ser acumular varias ausencias injustificadas, porque esto afecta a la productividad de la empresa e influye sobre el volumen de tareas que deben asumir el resto de compañeros.
Otro ejemplo sería el consumo de sustancias como el alcohol o las drogas durante la jornada de trabajo, ya que puede comprometer la seguridad y también afecta al rendimiento.
Para saber qué se considera una falta grave en el trabajo hay que prestar atención a lo que dispone el Estatuto de los Trabajadores. Pero también hay que revisar el convenio colectivo de aplicación, puesto que esta norma es mucho más específica a la hora de definir conductas u omisiones que se consideran infracciones graves.
Consecuencias de cometer una falta grave en el trabajo
Es el convenio el que determina la sanción concreta que corresponde en función de la falta cometida. Para las infracciones calificadas como graves o muy graves es común aplicar una medida de suspensión de empleo y sueldo durante un tiempo específico.
Otra opción es imponer un traslado a otro lugar de trabajo o inhabilitar a esa persona para recibir un ascenso. En cualquier caso, la medida concreta a aplicar debe estar prevista normativamente, el empresario no tiene potestad para imponer la que quiera. Además, está absolutamente prohibido sancionar las infracciones, con independencia de su nivel de gravedad, con una multa económica o restando días de vacaciones o tiempo de descanso.
Por otro lado, cada infracción es castigada con una única sanción. Es decir, que no se puede imponer más de una sanción por la misma falta laboral.
A todo ello se suma que el Estatuto de los Trabajadores habilita al empresario para llevar a cabo un despido disciplinario cuando la falta cometida es muy grave. Pero también aquí entra en juego el convenio, porque este puede determinar que para que el despido sea legal deben haberse cometido un mínimo de faltas graves en un tiempo determinado. Por ejemplo, que el mismo empleado haya cometido dos faltas graves en el año natural.
Cómo puede gestionar la empresa este tipo de infracciones
Lo primero que hay que tener claro es que la sanción debe imponerse en tiempo y forma. Es el Estatuto de los Trabajadores el que determina cuándo prescriben las faltas graves en el trabajo, señalando que estas lo hacen a los 20 días, a los 60 si son muy graves. Pasado ese tiempo sin haber tomado medidas, el empleador ya no podrá hacerlo.
Ante el conocimiento de que se han cometido faltas graves en el trabajo, la empresa debe comunicarlo por escrito al interesado antes de que finalice el plazo de prescripción. Dicho documento tiene que dejar constancia de la falta cometida y la fecha en que se produjo, así como de la sanción que se impone.
Cómo prevenir faltas graves en el trabajo
La comisión de faltas por parte de los empleados tiene consecuencias tanto para estos como para la empresa y, precisamente por eso, lo mejor es prevenir que puedan darse este tipo de conductas.
Una buena forma de lograrlo es establecer una política clara y accesible sobre las conductas que se consideran correctas y las que se clasifican como faltas. Esta información debe proporcionarse al empleado en el mismo momento de la contratación y tiene que estar siempre a disposición de la plantilla.
Además, si la empresa lleva a cabo evaluaciones de rendimiento, la retroalimentación que aporta después a los trabajadores también debería incluir información sobre la conducta laboral esperada. Por ejemplo, “hemos notado que en el último mes has llegado tarde un par de días, ten en cuenta que esto puede ser causa de una sanción”.
Otra forma útil de prevenir las infracciones laborales es fomentar un ambiente de comunicación abierta, de manera que los empleados no tengan miedo a expresar sus inquietudes.
Las faltas graves en el trabajo dan lugar a situaciones desagradables por las que nadie quiere pasar. Contar con asesoramiento experto te puede ayudar a prevenirlas y a actuar con eficacia en caso de que se produzcan, por eso, tienes a tu disposición nuestra asesoría laboral en Murcia.