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Dentro del ámbito contable, las partidas y balances se utilizan para valorar los activos de las empresas y determinar su situación patrimonial. Por eso, en ASELEC Consultores consideramos fundamental conocer qué es un activo no corriente y qué es un activo corriente para mantener una contabilidad óptima.
¿Qué es un activo no corriente?
Cuando se tiene poca experiencia en contabilidad es común preguntarse “un activo no corriente, ¿qué es?”. Se trata de aquel que la empresa posee con la intención de utilizarlo a largo plazo, en un periodo superior a un año.
También conocido como activo fijo o inmovilizado, los activos no corrientes se dividen en tres categorías: los tangibles, intangibles y naturales.
- Los activos tangibles incluyen los bienes físicos que posee la empresa, como los edificios, maquinarias, equipos, terrenos, vehículos, entre otros.
- Por su parte, los activos intangibles son aquellos que no tienen una presencia física y son difíciles de valorar, como las patentes, marcas, derechos de autor y las licencias.
- Finalmente, los naturales incluyen todos los activos que no han sufrido un proceso de alteración significativo mediante intervención humana, como sucede con las materias primas.
Los activos no corrientes son esenciales para la gestión de una empresa, ya que se utilizan para la producción y generación de ingresos en periodos de tiempo prolongados. Además, tienen un alto valor en el balance y representan una inversión que será amortizada mediante el valor que agreguen a las actividades operativas.
¿Qué son los activos no corrientes mantenidos para la venta?
Los activos no corrientes mantenidos para la venta son aquellos activos que se encuentran disponibles para la venta, ya que la empresa ha decidido que no son necesarios para su actividad principal. Estos activos se presentan como una partida aparte en el balance, donde se indica la intención de venta.
Es importante destacar que los activos no corrientes mantenidos para la venta no son considerados activos fijos, ya que se espera su venta próximamente. La empresa debe demostrar que está comprometida con su venta y debe realizar los esfuerzos necesarios para encontrar un comprador.
¿Qué es un activo corriente?
La principal diferencia entre activos corrientes y no corrientes es su objetivo dentro de la empresa. Por lo tanto, el activo corriente —también conocido como activo circulante—, son aquellos bienes y derechos que la empresa espera utilizar a corto plazo, es decir, durante un periodo menor a un año. Estos activos se caracterizan por su alta liquidez, es decir, su capacidad de ser convertidos en efectivo pronto.
Los activos corrientes incluyen efectivo, cuentas por cobrar, inventarios y otros bienes. A diferencia de los activos no corrientes, los activos corrientes no se consideran inversiones a largo plazo y se utilizan para financiar el flujo de caja de la empresa.
Ejemplos de activos corrientes y no corrientes
La clasificación de activos en corrientes y no corrientes se basa principalmente en la capacidad de la empresa para convertirlos en liquidez. Sin embargo, también influyen el plazo en que se esperan vender, la naturaleza del activo y su empleo en las operaciones de la empresa. Las regulaciones y normas contables específicas de cada país pueden influir en la clasificación de los activos.
Activos corrientes
- Efectivo y equivalentes de efectivo. Incluye dinero en efectivo, cuentas bancarias corrientes y depósitos a corto plazo, los depósitos a plazo fijo con vencimiento inferior a un año, entre otros.
- Valores negociables. Incluye inversiones a corto plazo que se espera que se conviertan en efectivo en un plazo máximo de un año: acciones, bonos y fondos de inversión.
- Cuentas por cobrar. Pagos adeudados a la empresa por clientes a cambio de bienes o servicios vendidos a crédito.
- Inventarios. Existencia de bienes de la empresa que están destinados a la venta o a la producción de bienes para la venta: materias primas, productos en proceso y productos terminados.
- Gastos pagados por anticipado. Gastos que se han pagado por adelantado, pero que no se consumen en su totalidad en el periodo contable actual: por ejemplo, el alquiler o los seguros prepagados.
Activos no corrientes
- Propiedades, planta y equipo. Bienes tangibles que posee la empresa y que se espera que se utilicen por más de un año: edificios, lotes, inmuebles, maquinarias y equipos informáticos.
- Inversiones a largo plazo. Inversiones que se espera que se mantengan en el balance durante un periodo superior a un año, como por ejemplo las acciones de otras empresas que no se espera vender en un futuro cercano.
- Activos intangibles. Activos no físicos que posee la empresa, tales como patentes, marcas, derechos de autor y software.
- Activos diferidos. Se refiere a los gastos que se han realizado y que se espera que generen beneficios en periodos futuros, como por ejemplo los gastos de investigación y desarrollo.
Determinar si se trata de un activo no corriente o corriente es esencial para conocer el estado patrimonial de un negocio. En ASELEC Consultores ofrecemos asesoría contable en Murcia para ayudar a las empresas a mejorar su contabilidad y su rendimiento comercial. ¿Necesitas nuestra ayuda?