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El balance de situación es una herramienta imprescindible para evaluar la salud y la estabilidad económica de la empresa. A través de él podemos conocer de manera inmediata el estado real de los activos, el pasivo y el patrimonio que tiene la organización.
Un análisis del balance permite a los directivos tomar decisiones mejor informadas y, además, resulta de especial utilidad para los interesados en invertir en la empresa.
¿Qué es un balance de situación?
El balance general o de situación es un resumen de todas las posesiones o activos que tiene una empresa, junto con todas sus deudas o pasivos, y su capital, siempre aplicado respecto a un período contable determinado. Por tanto, es la mejor manera de conocer el estado real del patrimonio empresarial.
El balance de situación es, junto con la cuenta de pérdidas y ganancias, la parte más importante de las cuentas anuales que deben depositarse en el Registro Mercantil.
Una vez entendido qué es el balance de situación, hay que tener también claro el concepto de balance de situación final. El balance de situación de cierre de ejercicio es el documento que deja constancia de la estructura económica y financiera de la empresa al final del ejercicio económico.
Para qué sirve hacer un balance de situación en tu empresa
Evaluación de la salud financiera
Este documento nos aporta una visión clara y concisa del estado financiero de la empresa. Su análisis permite determinar el nivel de liquidez y de solvencia, así como identificar posibles riesgos y ajustar la forma de actuar para que esos riesgos no se materialicen. El balance también puede servir para detectar áreas de mejora dentro de la gestión de los recursos económicos.
Toma de decisiones informadas
Las decisiones de los directivos deben ser informadas, estar basadas en datos reales y, además, esos datos deben estar actualizados en tiempo real siempre que sea posible.
En este sentido, el balance de situación proporciona información actualizada sobre los activos disponibles, las deudas pendientes y el patrimonio neto, lo que permite a los gerentes evaluar la situación desde la que parten y valorar mejor las diferentes alternativas que tienen a su disposición.
Cumplimiento de la normativa
Como decíamos antes, el balance de situación forma parte de las cuentas anuales, y la legislación española exige que estas se depositen cada año en el Registro Mercantil, una vez cerrado el ejercicio económico.
El objetivo es proporcionar información pública que sea precisa y ajustada sobre el estado de las empresas, para que cualquiera pueda estar al tanto de en qué momento se encuentran las mismas.
Captación de inversores
Un balance de situación positivo es una de las mejores herramientas para atraer a posibles inversores, o para obtener financiación de los bancos. Porque este documento se encarga de acreditar que la empresa funciona bien y está siendo gestionada correctamente.
Cómo se hace y su estructura
Cómo hacer un balance de situación es algo que dominan a la perfección los profesionales que trabajan en el área de contabilidad.
Lo primero que hay que hacer es tener disponible toda la información. Si se ha llevado a cabo de forma adecuada la contabilidad del negocio, podemos tener la seguridad de que los datos necesarios para hacer el balance van a estar disponibles y actualizados. Para entender mejor cómo se hace el balance de situación, analizamos su estructura:
Activo
Esta parte del documento recoge todos los bienes y derechos de los que es titular la compañía.
- Activo corriente: es el activo líquido que tiene la empresa una vez que se cierra el ejercicio, o que tiene un ciclo económico inferior a un año. Por ejemplo, una factura emitida a un cliente que está pendiente de pago, o el stock que hay en el almacén.
- Activo no corriente: es el inmovilizado. Partidas que la empresa no tiene la intención de vender, como sus inmuebles, sus vehículos o las inversiones financieras realizadas a largo plazo.
Pasivo
El pasivo es justo lo contrario. En esta parte se deja constancia de los fondos propios exigibles a largo y a corto plazo.
- Pasivo no corriente: es el exigible a largo plazo. Deudas cuya exigibilidad supera el año.
- Pasivo corriente: son las deudas cuyo pago se va a exigir a la entidad en menos de un año.
Patrimonio neto
Cuando al valor real de los activos le restamos los gastos, deudas, y obligaciones fiscales pendientes de pago, lo que se obtiene es el patrimonio neto de la empresa, que es el que nos habla de su estado de solvencia y de su viabilidad (o inviabilidad) a largo plazo.
El balance de situación no solo es un documento obligatorio desde el punto de vista legal. Para poder presentar las cuentas en el Registro Mercantil, también es esencial para conocer en qué punto se encuentra la empresa y poder obrar en consecuencia. Si necesitas ayuda con la gestión económica de tu negocio, en nuestra asesoría contable en Murcia tienes a tu disposición a nuestro equipo de especialistas. Ponte en contacto con nosotros y te ayudamos