Tabla de contenidos
El capital social de una empresa es un factor de vital importancia en la supervivencia de la misma. Es algo que se tiene muy en cuenta en el momento del nacimiento de la persona jurídica y también para que esta pueda seguir existiendo.
Qué es el capital social de una empresa
Es el conjunto de dinero, bienes y derechos susceptibles de valoración económica que los socios aportan a la sociedad. No importa si lo hacen en el momento de la constitución de la persona jurídica, o más tarde, ya que en nuestra legislación se permite la ampliación del capital de una empresa.
Capital y socios quedan indisolublemente unidos, porque la entidad mercantil tiene una deuda pendiente con ellos por lo que estos le han prestado. Es decir, que si la empresa llega a disolverse en un futuro, cada socio debería recibir la misma cantidad que aportó al capital en su momento.
Decimos que “debería recibir”, porque en casos de quiebra y posterior concurso de acreedores es posible que no haya recursos suficientes ni para que los socios recuperen la inversión.
Es importante diferenciar entre capital social de una empresa y patrimonio. Mientras que el capital se compone de dinero, bienes y derechos con un valor económico, el patrimonio incluye el capital social, pero también las deudas y obligaciones que haya contraído la empresa.
Por qué es tan importante
El capital social de una empresa es importante porque supone la primera entrada de fondos en la misma. Entrada que procede, además, de quienes van a ser propietarios del negocio, que demuestran así que tienen plena confianza en que el proyecto es viable.
El importe del capital social tiene una influencia directa en el nacimiento de la entidad mercantil. Según nuestra legislación, las sociedades anónimas requieren un capital social mínimo de 60 000 euros para poder ser constituidas. En el caso de las sociedades de responsabilidad limitada, el capital inicial mínimo se ha reducido hasta un 1 euro.
Por otro lado, ese mínimo también incide en la supervivencia de la sociedad. Si en algún momento el patrimonio neto llega a situarse en una cantidad inferior a la mitad del capital social debido a la acumulación de pérdidas, la empresa se encontrará en causa legal de disolución.
Algunas alternativas a la disolución por pérdidas son las aportaciones de los socios para compensar
pérdidas, la formalización de préstamos participativos, el aumento de capital con aportación
patrimonial de los socios.
Qué funciones cumple el capital social
El capital social es mucho más que una cantidad que permite poner en marcha un negocio, porque cumple una serie de funciones que afectan tanto a los socios como a los terceros que puedan relacionarse en el mercado con esa sociedad.
Reparto de la propiedad del negocio
El capital aportado por cada socio determinará de cuántas acciones o participaciones es propietario. Esto le dará más o menos poder a la hora de tomar decisiones. Se trata de una cuestión importante, porque, con el paso del tiempo, pueden surgir rencillas entre los socios, y el hecho de que unos tengan más poder que otros les permite imponer su voluntad al resto.
Además, las participaciones y acciones se pueden transmitir a terceros (se pueden vender,donar o pueden llegar a manos de los herederos a través de una herencia) y esto daría entrada en la sociedad a nuevas personas que podrían no estar de acuerdo con cómo se están haciendo las cosas.
Puesta en marcha del negocio
Que la ley exija una cantidad mínima para crear ciertas sociedades mercantiles no es casualidad. Esto se debe a que se considera que la puesta en marcha de un negocio requiere tener dinero suficiente para cubrir los primeros costes. En este sentido, el capital social se considera una cantidad que resulta imprescindible para que la empresa pueda empezar sus operaciones y generar beneficios.
Garantía frente a los acreedores
El capital social debe mantenerse siempre por encima del mínimo a fin de garantizar a los terceros que realizan negocios con la empresa que existe una cantidad mínima para hacer frente a los pagos pendientes si se llega a una situación de quiebra.
Cómo se calcula el capital social de una empresa
Para poder calcular el capital social, primero hay que conocer el patrimonio neto de la empresa, que es el resultado de restarle a los activos (lo que la empresa tiene) sus pasivos (lo que la entidad debe).
Lo siguiente es tener presente la reserva legal, que es una especie de fondo de emergencia que la empresa guarda para hacer frente a posibles pérdidas. También son importantes los resultados de los ejercicios anteriores, es decir, los beneficios obtenidos.
La fórmula que aplicamos es:
Patrimonio neto (activos – pasivos) – reservas – resultados negativos de ejercicios anteriores – aportaciones de socios para compensar pérdidas
El resultado de esta operación se corresponde con el capital social.
Queda claro que el capital social de una empresa es un elemento de extrema importancia en la misma, y que debe mantenerse siempre dentro de unos mínimos para evitar problemas. Si necesitas ayuda para gestionar esta u otras cuestiones económicas de tu negocio, tienes a tu disposición nuestra asesoría contable en Murcia.